La Parroquia Santa Bárbara renueva su camino de fe en una Asamblea que sembró Esperanza.

La Parroquia Santa Bárbara de Usaquén realizó el día de ayer una significativa Asamblea Parroquial, que reunió a los distintos grupos y servidores de la comunidad: Emaús Mujeres, Emaús Hombres, Effetá, Kerigma, los Hermanos del Santísimo, Lectores, Ministros de la Sagrada Comunión, Catequistas y  Equipo Administrativo.

El Encuentro tuvo como eje central LA ESPERANZA, guiado por dos lecturas bíblicas fundamentales: Marcos 4, 3-9.14-20, la parábola del sembrador — que invita a preparar el corazón para recibir la Palabra — y Romanos 12, 5-16, que exhorta a vivir en fraternidad, servicio, alegría y amor perseverante. Estas enseñanzas iluminaron un diálogo profundo sobre cómo LA ESPERANZA germina y se fortalece cuando la comunidad vive unida.

Mediante una actividad reflexiva, los participantes resaltaron que LA ESPERANZA nace en el seno de la familia, primer espacio donde se aprende a confiar, acompañar y sostener al otro. Asimismo, se destacó que LA ESPERANZA auténtica no se queda en quien la experimenta, sino que se expande, contagia e inspira a quienes más necesitan luz y compañía.

Durante su intervención, el Padre Párroco José Antonio Del Vecchio, reflexionó a partir del Evangelio según la liturgia del día “Lucas 19 1-10” y compartió cuatro claves importantes para tener experiencia de salvación:

ANHELO: (Zaqueo desea ver a Jesús), ese impulso interior que nos mueve hacia Dios.

AMOR: (Jesucristo nos hace sentir importantes con su visita), al sabernos amados por Él incluso en nuestras fragilidades.

ALEGRÍA: (Zaqueo, contento acoge a nuestro Señor), que brota de ser transformados por Su misericordia.

GENEROSIDAD: (Zaqueo se compromete a repartir generosamente), entendida como la entrega del tiempo, la presencia y el servicio.

 La asamblea concluyó en un ambiente lleno de fraternidad y gratitud. Más que un encuentro, fue un recordatorio de que cuando la esperanza se siembra en comunidad, Dios hace florecer nuevos caminos, nuevos corazones y nuevas fuerzas. La parroquia continúa así su misión de ser un espacio donde todos puedan encontrar fe, compañía y un hogar espiritual vivo.